Camino construido por los esclavos entre los siglos XVII y XIX, a partir de caminos de los indios guaianazes, el Camino del Oro está bastante preservado y se encuentra envuelto por la exuberancia de la Selva Atlántica del Parque Nacional de la Sierra de Bocaina.

Punto de pasaje obligatorio, en los siglos XVII y XVIII, el camino conectaba Rio de Janeiro, São Paulo y Minas Gerais, durante el llamado "Ciclo del Oro". Paraty ejercía la función de Entrepuesto Comercial y también por su posición geográfica, puerto de envío de la producción de oro de Minas hacia Portugal. Fue una de las ciudades portuarias más importantes del siglo XVIII.

El camino remonta a un antiguo sendero indígena (peabiru), utilizado por los Guaianás que, desde el litoral de Paraty, alcanzaba el valle de rio Paraíba, atravesando la sierra del Mar. Por ese Camino de los Guaianás, avanzaron las fuerzas de Martin Correia de Sá (cerca de setecientos portugueses frente a dos mil indígenas) que, partiendo de Rio de Janeiro en 1597, desembarcaron a la ensenada de Paraty, subiendo la sierra del Mar para combatir a los Tamoios, aliados de los corsarios franceses en aquel litoral.

 A partir de descubrimiento de oro en Minas Gerais, a fines del siglo XVII, su trayecto alcanzaba la villa de Falcão (actual Cunha), de donde descendía alcanzando el valle del río Paraíba (Guaratinguetá), prosiguiendo hasta Villa Rica (actual Ouro Preto), transformándose en camino oficial para el ingreso de esclavos en la región (ida), así como para el envío de oro a las minas (vuelta), transportado por vía marítima de Paraty para Sepetiba, y de allí, por vía terrestre nuevamente, por los dominios de la antigua Fazenda de Santa Cruz, hasta Rio de Janeiro, de donde seguía hacia Lisboa, en Portugal. Esta vía se extendía por más de 1.200 quilómetros, que llevaban cerca de 100 días de viaje.

Debido al riesgo de ataques de corsarios, de piratas, y de naufragios, D. João V (1706-1750) recomendó, en 1728, la substitución del trecho marítimo, entre Sepetiba y Paraty. Por esa razón, a mediados del siglo XVIII ya había una variedades - el Caminho Novo da Piedade - que, partiendo de Rio de Janeiro, por el camino a la Fazenda de Santa Cruz, alcanzaba el valle del rio Paraíba, donde entroncaba con el Caminho de São Paulo a la altura de la actual ciudad de Lorena.

Visitar el Camino del Oro permite conocer, no sólo una importante obra de ingeniería, so no también una ecología deslumbrante y el pueblo paratiense con su cultura, su pasado y su presente. Cascadas, ateliers, alambiques, comida casera... visite el Camino del Oro.